
¿Sabías que el primer sentido en desarrollarse en un ser humano es: EL TACTO?
A partir de las 16 semanas de gestación, la piel de un bebé se empieza a desarrollar y con ella crece su sensibilidad, es así como a las 32 semanas un bebé ya es capaz de percibir la presión y temperatura.
Lo más curioso de esto, es que a medida que crecemos, pareciera que EL TACTO, es el sentido con el que nos empezamos a sentir menos conectados. A tal punto que abrazarse con una persona que recién acabas de conocer, se vuelve incómodo si supera los 3 segundos.
Ahora bien, el tacto es básico para la comunicación entre las especies, incluso como cualquier cría que está lejos de la protección de otro de su manada, un bebé se siente en peligro de vida si pasa más de un tiempo sin que nadie lo abrace, y como reacción a esa amenaza el cerebro aumenta la secreción de cortisol, la hormona del estrés.
He conocido programas de innovación de diferentes compañías que despiertan y sacuden a las personas de una forma tan bonita que después de que viven 2 meses de experiencias distintas a las tradicionales ya no vuelven a ser los mismos. Prueban el conectarse con otras personas, salir y observar, hacer entrevistas, escuchar a los clientes, generar empatía, tener sesiones de co-creación, pensar con las manos y prototipar, fracasar, volverlo a intentar y crear.
Personas que antes estaban en un cubículo aislados, en donde se ven con las mismas persona de siempre y almuerzan con las de siempre, experimentan con estos programas lo que yo llamo “UN CACHETADÓN DADOR DE VIDA” así como los doctores que nos dan una palmada en la nalga justo cuando nacemos para llorar y decir “ESTOY VIVO”. Estos seres humanos, vuelven a conectar con lo realmente importante: LA CONEXIÓN HUMANA.
Es impresionante como todo lo que ocurre desde nuestra gestación hasta nuestros primeros días de nacidos, nos brinda tanta información sobre de qué se trata la vida, y sin embargo es el momento a donde menos recurrimos cuando nos sentimos estancados.
Cuando nacemos, lo primero que hacemos es RESPIRAR, es la forma en la que decimos “Aquí estamos” y absorbemos parte de la energía vital del planeta. Sin embargo, aún nos sorprendemos cuando estamos estresados y encontramos la solución en un libro, un reloj digital con infinidad de programaciones o en un taller que se llame: RESPIRA.
Incluso hemos llegado al nivel en que como adultos tomamos clases para APRENDER A RESPIRAR.
No podemos permitir que en estos tiempos se promueva LA DESCONEXIÓN VITAL: ni el tacto, ni la respiración deberían seguirse haciendo de forma inconsciente, las empresas que utilizan las etiquetas para demostrar la jerarquía, lo que hacen es separar cada vez más y anular la posibilidad de abrazos en la organización. Nos fortalecemos y fortalecemos a nuestros equipos en la medida en que pasemos de un “Buenos días Doctor Rodriguez” a un metro de distancia y pasemos a un fuerte abrazo de “Buenos días Carlos”.
Debemos romper nuestras creencias limitantes que nos dicen que “somos confianzudos” o que “es una falta de respeto” llamar a las personas por su nombre en el marco empresarial. Como si les tuviéramos que recordar cada día el cargo y el rol que ocupan en el día a día, para que no se les olvide la separación que tenemos unos de los otros.

Acciones poderosas para tocar el Alma
Que lo primero que toques no sea tu celular:
Con este ejercicio, Me he dado cuenta que mi ánimo a lo largo del día cambia un montón, ¿Qué tal si empezamos los primeros 15 minutos del día conectándonos con algo que nos nutra? Si estás con tu pareja, con tu perro o contigo mismo puedes iniciar siempre el día asimilando el regalo de estar vivo un día más, y hacer algo que te llene de energía vital para el día, se vale el ejercicio, se vale leer, se vale escuchar una meditación, se vale prepararse una bebida caliente, todo lo necesario para crear tus propios pequeños rituales al amanecer que no sean negociables, y que te preparan para compartir tu mejor versión.
Finalmente, el celular lo usarás a lo largo del día, pero esos minutos de la mañana son tuyos y debes reclamarlos para que no se te escapen en medio de la rutina.
Hacer sentir a tu compañero más humano:
Suena curioso decirlo, pero en tiempos como hoy vale la pena recordárnoslo, mientras tu compañero de trabajo no sea un robot, no lo trates como uno. Lo más preciado que tenemos es nuestra capacidad de empatizar.
+ Pregúntales a las personas cómo están, antes de iniciar a revisar la lista de pendientes que tienen que realizar, un ¿dormiste bien? No te quitará más de un minuto.
+ Si están en una reunión durante mucho tiempo y te das cuenta que las personas ya se desconectaron y su mente está en otros lugares, invítalos por un café 10 minutos y vuelvan de nuevo a la reunión, créeme que esos 10 minutos son claves para volvernos a conectar, si no, lo que digas de ahí en adelante solo será para ti pero la realidad es que nadie más lo recibe. Siente a las personas, uno sabe cuando está empezando a suceder el momento de caída, no hacer nada al respecto e ignorarlos es entregar información de manera inconsciente.
Conectar desde quienes somos en el mundo corporativo:
+ Colocar el nombre que le gusta a la persona en su correo corporativo.
+ Poder permitir que las personas se vistan como son y no disfrazarlos de alguien que no son.
Al final todo es una invitación a volver al principio, a conectarnos, a respirar, a ser más genuinos, más honestos los unos con los otros, pero sobre toda las cosas a ayudarnos a evolucionar juntos para generarnos ambientes que nos permitan ser más creativos, libres y felices.
Me ha movido mucho hacer una mayor consciencia del nombre de una persona.
¿Sabemos cómo le gusta que le digan?
O su nombre es muy "complicado" para que tu mente lo procese y por eso DECIDES decirle de otra manera...